martes, 26 de mayo de 2009

Arte Carolingio

El Arte Carolingio es el denominativo para el florecimiento artístico que, promovido por Carlomagno y su corte, dio nueva vida al arte de Europa Occidental que había llegado a un punto de extremo agotamiento.


Arquitectura  

Los conocimientos sobre arquitectura carolingia, de la que se conservan escasos monumentos, se basan en pruebas documentales, como grabados y dibujos, y sobre todo en datos procedentes de excavaciones que han permitido reconstruir la planta de algunos edificios. Las construcciones más importantes de la época carolingia son de tipo basilical, como la Basílica de Saint-Denis, de tres naves y que fue reedificada con caracteres góticos en el siglo XII. También es importante destacar las construcciones de planta central con bóvedas de origen oriental, como la Capilla Palatina de Aquisgrán, comenzada en el 798 y consagrada en el 805, inspirada en la iglesia de san Vital de Rávena.


También de planta central es la de Germigny-des-Prés.

   -CATEDRAL  DE AQUISGRAN








Pintura  

De la pintura, tanto de temas sacros como profanos, quedan pocos fragmentos, pero de extraordinario valor, en Saint-

Germain de Auxerre (Yonne) y en la cripta de San Máximo de Tréveris, así como las pinturas de San Juan de Müstair.


El único mosaico fue mandado construir en un ábside de un oratorio de Germigny-des-Prés.



La gran aportación carolingia es la construcción de monasterios benedictinos como el plano del monasterio de Sankt Gallen (Saint Gall), que se conoce a través de un dibujo. Son importantes las abadías de Corvey y de Fulda, así como el pórtico de Lorsch.







Evangeliario de Lorsch. San Juan Evangelista












Escultura

La escultura queda limitada a una función decorativa discreta, en capiteles clásicos donde la piedra toma protagonismo en lugar del mármol.


Quedan varias pequeñas tallas en marfil: las del "grupo de Ada", nombre de una hermana de Carlomagno, las del grupo de Liutardo (British Museum) y los de la escuela de Metz.


En el Museo del Louvre puede verse una pequeña estatua ecuestre en bronce de Carlomagno.


Entre las artes aplicadas, destaca la orfebrería, con esmaltes de influencia bizantina


CODEX AUREO


Arte Bárbaro

Indudablemente, uno de los hechos más importantes y trascendentes de la historia universal es la invasión de las tribus germánicas de la Europa occidental y la consiguiente caída del Imperio Romano de Occidente, momento que se considera el fin de la "Antigüedad Clásica" y se inicia la Edad Media.

En el mundo de la cultura, estas invasiones suponen un choque entre dos corrientes muy distintas: la cultura romana mediterránea y la cultura bárbara de los pueblos germánicos.

Este conflicto de culturas no se resuelve de manera generalizada hasta el siglo VII, cuando se produce una verdadera fusión y sincretismo entre ambas mentalidades, dando lugar a formas artísticas propias y a un humanismo peculiar que supone en definitiva la existencia de una nueva civilización europea.

Desde el punto de vista artístico, estas invasiones suponen la contraposición de dos concepciones radicalmente distintas: la concepción figurativa mediterránea y la abstracta del arte bárbaro.

La concepción figurativa mediterránea supone un arte especialmente apegado a la representación del hombre y la naturaleza.

La concepción abstracta bárbara supone un arte basado en el geocentrismo, donde las formas vivas (generalmente animales) no son más que un pretexto para crear una ornamentación. Esta concepción abstracta del arte se sintetiza en tres puntos:

  • Simetría
  • Estilización
  • Gusto por las materiales ricos en color

Este arte estilizado y geometrizado es el arte típico de los pueblos nómadas que circulaban durante los siglos V y VI a lo largo de inmensos territorios, desde las llanuras de Asia hasta el propio Imperio Romano.

arte geometrizado en un cancel visigodo

Este arte abstracto es propio e inseparable del nomadismo ya que necesariamente es un arte móvil. Es especialmente decorativo, aplicado exclusivamente al tejido para elaborar la indumentaria, al metal para elaborar el equipo del caballero, y al cuero para realizar los arneses de los caballos o las tiendas que utilizaban en sus esporádicos asentamientos.

La ausencia de ciudades estables en el mundo bárbaro explica la ausencia de arquitectura y de la representación del hombre y de la naturaleza a través de los bajorrelieves, estatuaria y pintura, que son los soportes habituales del arte mediterráneo, donde, por el contrario, la ciudad es la base de la sociedad.

Lógicamente, estos objetos del arte germánico imponen una estética muy estilizada y geometrizada (una hebilla o un escudo no permiten otra cosa). Así, el nomadismo es el que impone la elección del geometrismo y la estilización.

En consecuencia, la orfebrería es el arte que prima entre los pueblos bárbaros y encuentra su expresión a través de dos estilos: el zoomorfismo y el policromismo.

El zoomorfismo consiste en una decoración semianimal y semivegetal tan abstracta y geometrizada que termina siendo un simple entrelazo.

Algo típico del arte bárbaro es la geometrización de las figuras de plantas y animales.

El policromismo procede generalmente de los pueblos indígenas del Mar Negro. Es aquél que organiza la ornamentación mediante el uso de piedras y pastas de vidrio insertadas en el metal, buscando no tanto la belleza formal sino el efecto de color. Este tipo de tendencia al lujo barato es lo que se denomina la estética del gold and glitter, oro y brillo.

Otra característica del arte bárbaro: policromismo en la orfebrería


http://www.arteguias.com/artebarbaro.htm

arte otonico


Arte Otoniano



El arte otoniano es un estilo dentro del arte prerrománico. A este florecimiento de las artes se le ha llamado también "Renacimiento otoniano", en el mismo sentido en que se habla de "renacimiento carolingio" para hablar del florecimiento posterior a la coronación de Carlomagno en el año 800. Se desarrolla, principalmente en Alemania, desde mediados del siglo X hasta mediados del siglo XI, durante la dinastía sajona del Sacro Imperio Romano Germánico.

El arte otoniano funde tres tradiciones: las de la antigüedad tardía especialmente en el arte del norte de Italia, el período carolingio, y bizancio.




Principios del Arte Otonico


Este renacimiento de las artes y la arquitectura se produce bajo el patronazgo cortesano de Otón I de Alemania (936973), hijo de Enrique I el Pajarero, y sus inmediatos sucesores: Otón II (973983), y Otón III (9831002). Comenzó después del matrimonio de Otón con Adelaida de Italia (951), que unió los reinos de Italia y Alemania y de esta manera acercó Occidente al Imperio Bizantino, reforzando la causa de la unión entre cristianos con su coronación imperial en 962. Los emperadores posteriores residieron principalmente en el norte de Italia, llegándoseles a acusar de cierto abandono de los asuntos al norte de los Alpes. Ni Otón II ni Otón III pasaron mucho tiempo al norte de los Alpes, produciéndose durante sus reinados un arte fuertemente bizantinizado. A veces se considera que abarca también el reinado del último emperador de la dinastía, Enrique II, emperador a partir de 1014 y el primero que asumió el título de rey de los Romanos; rara vez se incluye dentro de este arte la época de la dinastía salia inaugurada por Conrado II en 1024. El término se circunscribe generalmente a la cultura de la corte imperial llevada a cabo en latín en Germania.[1]


El "renacimiento otoniano" se manifiesta especialmente en las artes y la arquitectura, revitalizadas por el contacto renovado con Constantinopla, en la reviviscencia de algunas escuelas catedralicias, como la de Bruno I, arzobispo de Colonia, y en la producción de manuscritos iluminados, la principal forma artística de la época, de un puñado de scriptoria de élite, como Quedlinburg, fundado por Otón en 936 y en la ideología política.
Las abadías imperiales y la corte imperial se convirtieron en centros de vida religiosa y espiritual, guiados por el ejemplo de mujeres de la familia real: Matilde de Ringelheim, la ilustrada madre de Otón I, o su hermana, Gerberga de Sajonia, o su consorte Adelaida de Italia, o la
emperatriz Teófano.



Objetivos del Arte Otoniano


Después de la coronación imperial de Otón I en 962, emergió una fe renovada en la idea del Imperio en el círculo inmediato de Otón I y una iglesia reformada, creando un período de fervor cultural y artístico. El arte otoniano fue un arte cortesano, creado para confirmar la existencia de un vínculo entre los emperadores y los gobernantes cristianos de la antigüedad tardía, como Constantino, Teodorico y Justiniano, así como con sus predecesores carolingios, en particular Carlomagno.


Esto se logró de diversas maneras. Por ejemplo, se representaba a los emperadores flanqueados por militares y eclesiásticos, imagen que resulta de una larga tradición iconográfica imperial. Así puede verse si se compara el retrato bizantino de Justiniano en el marfil Barberini, con el retrato de Otón III en los Evangelios de Munich de Otón III (Biblioteca estatal de Baviera, en Múnich, cód. 4453). Otro procedimiento popular para recordar el linaje imperial de Otón era quitar elementos arquitectónicos de antiguas estructuras de Roma y Rávena e incorporarlas a edificios otonianos. Tal era la intención de Otón I cuando quitó columnas, algunas de pórfido, y otros materiales constructivos, del Palacio de Teodorico en Rávena y los usó en su nueva catedral de Magdeburgo.



Pintura


Un pequeño grupo de monasterios otonianos recibieron el apoyo directo del emperador y los obispos y produjeron algunos de los más notables manuscritos iluminados medievales, la principal forma artística de la época.


La pintura otoniana se considera como un renacimiento, durante el siglo X, de la pintura carolingia, de la que toma su expresividad, fundiéndolo con la iconografía romana y bizantina, que aporta su típica solemnidad. Abundan entre sus miniaturas los paisajes, los motivos arquitectónicos y los retratos de emperadores. Otón quedó escandalizado por el estado de la liturgia en Roma, así que encargó el primer Libro Pontifical, un libro litúrgico que contenía tanto oraciones como instrucciones sobre el rito. La compilación del Pontifical romano-germánico, como se le llama actualmente, fue supervisado por el arzobispo Wilhelm de Mainz.
Los primeros manuscritos parece que se realizaron en la abadía imperial de Corvey, sobre el río Weser (Renania del Norte-Westfalia).


Después del año 1000 realizó manuscritos el scriptorium de Hildesheim.


En Tréveris trabajó el llamado Maestro del Registrum Gregorii (Musée Condé, Chantilly), o Maestro de Gregorio, en los años 970 y 980. Es responsable de algunas de las miniaturas del influyente Códice de Egberto (Codex Egberti) (Bibl. de Tréveris).


No obstante, la mayor parte de las 51 imágenes de este Códice de Egberto, un evangeliario hecho para el arzobispo Egberto de Tréveris en la década de los años ochenta del siglo X, se hicieron por dos monjes del más destacado scriptorium de la época: el de la isla de Reichenau, sobre el lago Constanza. El Codex Egberti es representa en sus imágenes el primer ciclo extenso de imágenes que narran los eventos de la vida de Jesucristo en Europa occidental, en una fusión de estilos que incluyen las tradiciones carolingias así como rasgos de influencias insulares y bizantinas. Ninguna otra obra caracteriza la imagen del arte otoniano mejor que las miniaturas que se originaron allí. Estos manuscritos producidos en el monasterio de Reichenau, lago Constanza forman parte, desde 2003, del Programa Memoria del Mundo. El scriptorium de Reichenau se especializó en ilustraciones del Evangelio en libros litúrgicos, muchos de los cuales eran encargos imperiales, como los Evangeliarios de Otón III (entre 997 y 1002, conservados en Aquisgrán y Múnich) y el Leccionario de Enrique II (principios del siglo XI, Biblioteca estatal de Baviera, Múnich, cód. 4452).



Arquitectura

La arquitectura de la época otoniana abarca desde mediados del siglo X hasta mediados del siglo XI. Viene precedida por la arquitectura carolingia y seguida por el románico, por lo que presenta cierta continuidad con el arte carolingio y anticipa soluciones posteriores.
Se inspira en la arquitectura
carolingia y bizantina. Entre las obras que repiten el modelo de la Capilla Palatina octogonal en Aquisgrán se encuentran Ottmarsheim (siglo XI, Alsacia) y el coro de la abadía de la Trinidad en Essen.
La arquitectura religiosa tiende a apartarse de un plan centralizado. Se conserva la inspiración de la
basílica romana. La arquitectura otoniana mantiene el doble rasgo carolingio terminado con ábsides a ambos lados del final de la iglesia. Entre las innovaciones de esta arquitectura se encuentra la elaboración y uso más amplio de galerías o tribunas, así como la alternancia en los soportes (pilares y columnas) según dos modelos: en el renano se alternan pilares y columnas, y en el sajón aparecen dos columnas entre los pilares.
El primer ejemplo de la arquitectura otoniana es la iglesia abacial de San Ciriaco de Genrode (959-63), aparentemente la primera en Europa que tuvo una tribuna sobre las naves laterales. Es una de las pocas construcciones que se conservan de la arquitectura a principios de la era otoniana.
Otras construcciones otonianas son las iglesias de Sta. Gertrude en Nivelles (1046,
Bélgica), la gran abadía de San Jorge de Oberzell, en Reichenau, San Miguel de Hildesheim (1010-33)



Escultura


No se produce escultura monumental, sino pequeñas esculturas en marfil y metal, principalmente bronce, embellecidas con gemas, esmaltes, cristales, y camafeos. En estas obras se funden las técnicas e iconografía bizantinas con el expresionismo típico del mundo germánico.


Las labores en bronce presentan un gran bizantinismo, especialmente después del matrimonio de Otón II con Teófano (972). Así, el taller de Hildesheim se relaciona con el arte bizantino del sur de Italia. Destacan las puertas en bronce de San Miguel de Hildesheim, con escenas del Génesis y evangélicas; unos candelabros de plata con figuras y una magnífica columna en bronce con relieves dispuestos en espiral. La técnica de fundición germánica se extenderá hacia Rusia y el norte de Italia.


Los marfiles siguen los modelos carolingios. Destacan las escuelas de Tréveris y de Fulda. Este arte está muy relacionado con la encuadernación de libros, pues formaban la decoración principal de las tapas. En el Museo Cluny (París) se conserva una placa de marfil que representa al emperador Otón II y su esposa, vestidos con traje de corte bizantino. Los marfiles otonianos influirán en el arte español del siglo XI.


Hay algunas imágenes en madera, con receptáculo para reliquias, como la Virgen de Essen (Catedral de Essen), recubierta de oro, y el crucifijo de Gero, (Catedral de Colonia). La estatua del relicario de la Virgen y el Niño es una obra maestra del taller de Tréveris, aunque actualmente se conserva en la catedral de Essen. Es un relicario de tres cuartos de tamaño de madera, cubierta por una lámina de oro, con ojos esmaltados y gemas engastadas en el halo del Niño. Por su parte, el crucifijo que está en la cámara del tesoro de la catedral de Colonia se cree que fue encargo del arzobispo Gero de Colonia (obispo en 976), que posiblemente sea la creación escultural más influyente de este período, con una fuerza que anticipa las vigorosas esculturas románicas.


La orfebrería sigue los modelos carolingios, si bien con mayor importancia de los esmaltes.


Destacan dos talleres: el de Tréveris, patrocinado por el obispo Egberto y el de Essen, creado por Matilde, nieta de Otón I, que fue allí abadesa desde el año 973 hasta 1001. Entre las piezas que se conservan de este período, cabe citar:


El altar de oro de Basilea, actualmente en el Museo de Cluny (París), de principios del siglo XI, donación del emperador Enrique II; hecho en madera de roble con oro.


La cruz de la abadesa Matilde en la catedral de Essen
Cruz de Lotario, en la catedral de
Aquisgrán.


El manto de Enrique II, en Bamberg, recamado en oro y seda sobre fondo azul, con el Zodíaco y temas religiosos.


Tapa dorada del Codex Aureus de Echternach (Museo Nacional Germano de Núremberg)
En la cámara del tesoro imperial, localizada en el
Palacio Imperial de Hofburg de Viena se conserva la gran corona imperial, uno de los más importantes objetos asociados a Otón I. Está formada por ocho grandes láminas, unas con piedras engastadas y otras con esmaltes en técnica cloisonné con figuras como la del rey Salomón. Sólo en Italia podía haber artesanos, formados en la tradición bizantina, que dominaran la técnica para realizar semejante obra. Lo más probable es que se realizara para la coronación de Otón I en Roma (962), sufriendo dos añadidos posteriores:


una pequeña cruz montada sobre la parte frontal, que seguramente se hizo para Otón II después de su sucesión en el año 973; y un arco que pasa sobre la corona, en el que hay una inscripción con el nombre del emperador Conrado II, coronado en 1027, por lo que a veces también es llamada "corona de Conrado II".

Notas
1. Kenneth Sidwell, Reading Medieval Latin (Cambridge University Press, 1995) considera que el final del reinado de Otón III marca el final de este estilo.